El próximo 6 de diciembre se realizará el sorteo que
definirá la composición de las series y el cronograma de partidos de la próxima Copa del
mundo Brasil 2014.
El día 3 de diciembre se sabrá cómo se habrán de integrar
los cuatro bolilleros (“bombos”) de ocho equipos cada uno, para conformar las
ocho series.
El Bombo 1 ya se conoce y estará integrado por el país
anfitrión y los 7 mejores equipos según el ranking de la FIFA. O sea: Brasil,
España, Alemania, Argentina, Colombia, Bélgica, Uruguay y Suiza.
Se sabe también que Brasil estará en la serie A, y las otras
cabezas de serie serán sorteadas entre los otros siete equipos.
Se supone que la conformación de los otros tres bombos se
resolverá el 3 de diciembre, pero ya ha trascendido el criterio, que sería el
siguiente:
Bombo 3: El último equipo europeo (Francia), los restantes
sudamericanos (Chile y Ecuador), y los 5 equipos africanos.
Bombo 4: Los 4
equipos centro y norte americanos, y los 4 equipos asiáticos.
Como se ve, la FIFA, a la hora del sorteo, sigue eligiendo
no pensar demasiado.
El segundo Bombo con 8 europeos es poco cuestionable.
Y que en el tercero esté el último europeo con los dos
sudamericanos restantes también (más allá de que Chile podría reclamar con
razón un lugar en el Bombo 2 en virtud de su puesto 12). Pero que ese tercer
Bombo se complete con los 5 africanos, al barrer, es el resultado de la pereza
intelectual.
En el cuarto Bombo están los equipos asiáticos con total
justicia. ¡Pero también todos los centro y norte americanos! ¿Es que hay
alguien que pueda creer que da lo mismo enfrentar a Honduras o a la propia Costa Rica,
que a EEUU o México?
EEUU está en condiciones de reclamar, como Chile, un lugar
en el Bombo 2. ¡Y está en el 4!
En el Bombo 3, junto a Chile (12), Costa de Marfil (17) y
Francia (21), está la peor de todas las selecciones según el ranking FIFA,
Camerún, puesto 59, mientras que EEUU (13) y México (24) están en el Bombo 4.
La seriedad que tiene a todas luces el ranking de la FIFA
(ver artículo “El ranking de la FIFA,¿riguroso o caprichoso?”), se cae a pedazos con estos bolilleros pergeñados
por gente ignorante, indolente, o deshonesta (o una combinación de la
trilogía).
Algunos ejemplos de cosas atroces que pueden llegar a
ocurrir.
ARGENTINA (3), ITALIA (9), FRANCIA (21) y EEUU (13) podrían
estar en una misma serie. O ESPAÑA (1), INGLATERRA (10), CHILE (12) y MÉXICO
(24).
Y mientras tanto podría haber otra serie con BRASIL (10),
GRECIA (15), CAMERÚN (59) y AUSTRALIA (57).
Sin mencionar que hay otras consideraciones más allá del
ranking FIFA, como por ejemplo, que Brasil es favorito siempre y más de local;
y que por mejor que ande, Grecia nunca le ganó a nadie…
Yo le reclamo a la FIFA que se deje de sorteos, y digite las
series y el fixture como Dios manda.
Para ello, lo primero es diseñar un modelo de construcción
de las series que sea lo más justo -y por lo tanto atractivo- posible.
A
|
B
|
C
|
D
|
E
|
F
|
G
|
H
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
8
|
16
|
15
|
14
|
13
|
12
|
11
|
10
|
9
|
17
|
18
|
19
|
20
|
21
|
22
|
23
|
24
|
32
|
31
|
30
|
29
|
28
|
27
|
26
|
25
|
Los
números representan los equipos clasificados ordenados según el ranking FIFA.
Según este modelo, las series se dispondrían rigurosamente,
de acuerdo al ranking de la FIFA, sin importar el país anfitrión, pero
contemplando sí que no haya cruces entre equipos de las mismas confederaciones,
salvo entre a lo sumo dos europeos, e incluso limitando los choques entre
americanos de distintas confederaciones al menor número posible.
Dos
palabras respecto al anfitrión. La selección organizadora tiene dos ventajas
deportivas enormes: clasificar a la Copa del mundo sin necesidad de
competencia, y un mayoritario apoyo de público. No hay por qué añadirle la
ventaja de ser cabeza de serie. No lo digo por este caso en particular, donde
es evidente que Brasil es un cabeza de serie natural, se juegue el mundial
donde se juegue. Sino como reflexión genérica, considerando cómo deben pensarse
y hacerse siempre las cosas.
Entonces, en función de los equipos clasificados y
realizadas las modificaciones para evitar cruces entre equipos de una misma
confederación, tendríamos:
A
|
B
|
C
|
D
|
E
|
F
|
G
|
H
|
España
|
Alemania
|
Argentina
|
Colombia
|
Bélgica
|
Uruguay
|
Suiza
|
Holanda
|
Bosnia
|
Grecia
|
Portugal
|
EEUU
|
Chile
|
Inglaterra
|
Brasil
|
Italia
|
C. Marfil
|
Ecuador
|
Croacia
|
Rusia
|
Francia
|
Ghana
|
México
|
Cta Rica
|
Honduras
|
Camerún
|
Australia
|
Corea
|
Irán
|
Japón
|
Nigeria
|
Argelia
|
Este modelo es incuestionable porque surge estrictamente del
ranking FIFA, y resulta muy obvia la paridad de los grupos.
Pero aún hay otra opción, que incluye criterios subjetivos y
por lo tanto menos incuestionables, y que son el fruto de usar el menos común
de los sentidos: el sentido común.
Podríamos llamarlo el criterio de la deidad, porque es el
resultado de que FIFA se anime a actuar como un Dios justo y se deje de
mariconadas.
El criterio es sencillo. Más allá de que en el ranking FIFA
Italia tenga el puesto 9 y Brasil el 11, ¿habrá algún futbolero en el mundo que
prefiera enfrentarse a ellos en lugar de hacerlo ante Colombia, Bélgica, o
Suiza?
O sea. Hay equipos grandes y equipos chicos. Y un equipo
chico que ande muy bien podrá ser la revelación del campeonato, pero no
levantará la copa.
Podríamos convenir que el fútbol contemporáneo comienza con la
revolución cultural de Holanda en el mundial de 1974. (Próximamente dedicaré un
artículo a esa observación). Y además para ese aserto hay una feliz
coincidencia: el Brasil romántico de 1970 ganó en propiedad la Copa Jules Rimet,
y desde 1974 se disputa la misma copa, que ningún equipo podrá llevarse para
siempre a sus vitrinas.
Pues bien, si damos por cierta la convención de que la Copa
del mundo contemporánea comienza con el mundial de 1974, tenemos la siguiente
lista de campeones: Alemania (1974 y 1990), Argentina (1978 y 1986), Brasil
(1994 y 2002), Italia (1982 y 2006), Francia (1998) y España (2010).
Las conquistas de Francia como local, y la de España con una generación
de futbolistas que parecen de excepción, suenan a eso, a excepciones, en una competencia
reducida a 4 grandes.
Si añadimos que España no había llegado nunca siquiera a una
semifinal, que Francia sólo pudo disputar la final de 2006, y comparamos esos méritos
a la sistemática presencia en finales y semifinales de los otros cuatro, la
conclusión es evidente: hasta que no se demuestre lo contrario, hay cuatro
grandes, y quien pretenda la gloria, deberá derrotar al menos a uno de ellos.
En virtud de esa reflexión, y considerando además que esta
Copa del mundo se juega en el país del único pentacampeón mundial, es obvio que
el enemigo más temido será Brasil.
Además, como la Copa se disputa en Sudamérica, donde jamás
una selección europea pudo obtenerla, y como el mejor jugador del mundo también
es sudamericano, la segunda selección más temida será Argentina.
Y a éstas les siguen, por su orden, Alemania e Italia.
Por otro lado, entre los equipos europeos y más allá de sus
puestos en el ranking, también hay equipos con más tradición mundialista que
otros.
Contemplando estos aspectos, además de sus puestos en el
ranking, se llega a una nueva
construcción de las series.
A
|
B
|
C
|
D
|
E
|
F
|
G
|
H
|
Brasil
|
Argentina
|
Alemania
|
Italia
|
España
|
Holanda
|
Uruguay
|
Inglaterra
|
EEUU
|
Suiza
|
Chile
|
Colombia
|
Bélgica
|
Rusia
|
Francia
|
Portugal
|
Bosnia
|
Croacia
|
Grecia
|
C. Marfil
|
Ghana
|
México
|
Cta Rica
|
Ecuador
|
Irán
|
Australia
|
Camerún
|
Corea
|
Honduras
|
Japón
|
Nigeria
|
Argelia
|
Cualquiera de estas dos agrupaciones daría lugar a una
competencia equilibrada y apasionante, donde a partir de octavos de final
veríamos choques eliminatorios entre las 16 mejores selecciones del mundo.
En lugar de eso, el 6 de diciembre asistiremos, una vez más,
a un sorteo que legalizará inequidades.
Pensar en fútbol, sí, cómo no. Saludo calurosamente la aparición de este blog en un momento tan oportuno. Se nos viene un mundial extraordinario y los profesionales andan muy ocupados como para ponerse a pensar. Celebro que haya aparecido un espacio guiado por la claridad, el rigor y la honestidad intelectual que caracterizan al autor.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en las argumentaciones a favor del ranking FIFA, y muy convincentes las razones que esgrime el autor del blog de que es el reflejo más fiel de la realidad futbolística de un país que se pueda tener. Por lo tanto no puedo estar de acuerdo con el criterio de la deidad, de que se debe atender a la tradición que cada país tenga en el mundo del fútbol y sus glorias pasadas. Veo una inconsistencia. Creo que es mejor seguir la ciencia pura y dura del ranking y tratar de eludir las tentaciones de la justicia poética y el consiguiente riesgo de perpetuar preferencias que las matemáticas del presente no avalen.
ResponderEliminar